STATEMENT

Judith Alcaraz López, intensita y dramática. Soy una persona que se mueve por las emociones y lo que le dice el corazón. Vivo la vida con pasión y me expreso a través de lo que más me gusta: el arte.

 

Soy la típica chica que cuando ve que se estrella, acelera y que, cuando algo empieza a arder, se mete entre las llamas hasta quemarse. Me tomo la frase “quien no arriesga no gana” demasiado a pecho porque, cuando algo tiene la más mínima posibilidad de salir bien, hay que darlo todo. Mi filosofía es que en este mundo no se trata de vivir, sino de sentirse vivo, y así lo hago. Todo lo siento al máximo, tanto lo bueno como lo malo y es que, hasta el más mínimo detalle o la cosa más insignificante para algunos, puede hacerme feliz.

 

Estoy muy agradecida con la gente que me rodea, tanto familia como amigos y siento que una parte de mí se la debo a ellos. Por todas esas risas, enfados, llantos, canciones, recuerdos y alegrías, ya que todo esto me ha hecho ser yo.

 

La música forma parte de mí desde que tengo uso de razón. Toco el piano en un grupo y por mi cuenta he aprendido algo de guitarra, ukelele y batería. Además, me encanta escribir y componer y estoy segura de que por cada decepción amorosa podría hacer un disco. Me apasiona la música en directo, los conciertos y las jams, aunque eso no quita el hecho de que me sienta libre al escuchar una canción con mis cascos o al gritarla a pleno pulmón cuando suena en la radio del coche.

 

Ese fue el motivo por el cual decidí hacer el bachillerato artístico escénico y es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Al entrar en el Bellera, en Granollers, descubrí un mundo nuevo y se me abrieron los ojos a una infinidad de oportunidades preciosas. Aparte de hacer música, que es por lo que me apunté, me enamoré de fundamentos de las artes, la cantidad de obras alrededor del mundo y los museos. Veo la vida como un cuadro impresionista de Monet, un lienzo donde se captan las impresiones de un momento, lleno de luz y color. 

 

También me encantaron las artes escénicas y todo el mundo del teatro y la interpretación, pero la asignatura donde realmente he descubierto a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida es cultura audiovisual.

 

Siempre he sido una loca de las series, hasta tal punto que mis amigos me dicen que vivo en una, pero nunca había sido consciente de que esto era lo que yo quería hacer.

 

Para mí el cine es una vía de escape donde puedes ser quien quieras ser. Puedes crear tu propia historia y vivir mil besos bajo la lluvia, cien asesinatos, diez viajes a los países más asombrosos de este planeta y un amor de verano que, tristemente, se acaba. Así es el cine, se acaba. Pero tiene una cosa muy buena y es que siempre puedes crear más y más y más y más.

 

Quiero entrar en la Escac porque siento una necesidad insaciable de crear. Hay una frase que me gusta mucho… “Hay historias que merecen ser contadas”. Yo quiero contar esas historias, las que necesitan que el mundo las vea. Estudiar en la Escac me haría aprender y evolucionar, tanto en el mundo del cine como personalmente. 

 

Una vez, una persona muy especial me dijo que yo era fan de todo y de todos y, evidentemente, lo soy. También soy fan de la Escac, de su manera de aprender y ver el mundo y es por eso que sería la persona más feliz si, el año que viene, pudiera formar parte de esta gran familia de apasionados por el cine.